miércoles, 30 de octubre de 2013

FIMOSIS

La fimosis se sufre cuando el prepucio, la parte superior de piel que se desliza y que cubre el glande, la parte final del pene, es demasiado estrecho. En caso de fimosis en el niño, el prepucio del niño no consigue deslizarse por el glande hasta descubrirlo. En el recién nacido, en general, y hasta el tercer año de vida, se habla de fimosis fisiológica: el prepucio está adherido al glande, pero permite que el niño orine normalmente. En este caso, el trastorno tiende a resolverse espontáneamente alrededor de los 3-4 años. Por ello, la fimosis fisiológica no debe preocupar e, incluso, es considerada como una útil defensa para proteger el pene del niño del peligro de las infecciones.

Sin embargo, en el caso de una fimosis propiamente dicha, el prepucio es tan estrecho que no puede deslizarse hacia atrás para descubrir el glande y, en algunos casos, el estrechamiento es tal que impide al niño pruducir la micción. Intervenir para eliminar las adherencias antes de los cuatro años sería un error: a menudo, antes de esta edad, la fimosis en el niño se resuelve por sí sola. Mientras tanto, para evitar complicaciones, basta con seguir algunas reglas relacionadas con la higiene íntima del niño. En particular: para limpiar el prepucio y el glande, hay que tirar hacia atrás la piel del prepucio sólo hasta donde sea posible, sin forzar. Intentar descubrir el glande a cualquier precio, tirando hacia atrás el prepucio, no sólo es inútil, sino que puede causar minúsculas laceraciones locales que crearían un terreno muy favorable para el desarrollo de infecciones.
Eliminar las adherencias sólo es necesario cuando la fimosis en el niño persiste más allá de los 5-6 años, si el estrechamiento obstaculiza la salida del pipí y resulta problemático mantener la zona limpia. En la mayor parte de los casos, la eliminación de las adherencias las realiza manualmente el pediatra. Sólo raramente, en caso de una auténtica fimosis, es decir, cuando el orificio del prepucio es más pequeño de lo normal, se debe recurrir a una intervención quirúrgica. Se trata, de todos modos, de una intervención muy sencilla, que requiere una breve convalecencia

¿Cúando acudir al pediatra?

- El estrechamiento es tal que obstaculiza la salida normal de la orina: el chorro no es uniforme o es muy débil, o tarda mucho en iniciarse y es excesivamente lento.
- El niño tiene cinco años y no consigue descubrir el glande.




Preguntas frecuentes

¿Son preocupantes los pequeños quistes blanquecinos que pueden aparecer sobre la punta del pene?
No. Se llaman quistes esmagmáticos, constituidos por pequeñas acumulaciones de esmegma, la sustancia blanquecina que la piel del pene produce para mantenerlo limpio. Estos quistes podrían desarrollarse entre el glande y el prepucio para formar una especie de protección con la finalidad de impedir o resolver la fimosis en el niño.
¿Es una buena costumbre descubrir el glande del niño?
No, es mejor evitar hacerlo. Al bajar la piel, se provocan pequeñas heridas que, al curarse, "estiran" aún más la piel y estrechan más la obertura.
¿Cuál es la mejor edad para operar de fimosis al niño?
Por motivos psicológicos, hoy en día se está más a favor de una intervención precoz, al inicio de la edad escolar. Esperar hasta la adolescencia puede comportar dos problemas: al retrasar la intervención, el niño podría sentirse diferente a sus coetáneos; además, se aumenta la probabilidad de que la fimosis cause infecciones locales en el prepucio (balanopostitis).

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