El retraso en el desarrollo psicomotor es una alteración en la correcta evolución del crecimiento, la motricidad y el intelecto. Un retraso de esta clase que afecte a un niño en sus primeros años de vida, donde sus habilidades van refinándose para perfilar la madurez del sistema nervioso, puede tener consecuencias muy negativas para su vida adulta.
EVALUACIÓN Y MANEJO DE UN NIÑO CON RETRASO PSICOMOTOR
La detección de un problema de desarrollo debe ser rápida. Corresponde en primera instancia a los padres, y también al personal de guarderías y colegios y a los pediatras de Atención Primaria. Se plantean tres opciones:
- Normalidad o probable retraso madurativo (posibilidad de hipoestimulación)
- Retraso psicomotor patológico, que puede ser global o de áreas concretas (motor, cognitivo, social o aislado del lenguaje)
- Dudoso. En algunos casos solo la evolución en sucesivas consultas permite aclarar la cuestión.
A partir de esto, el siguiente paso es tomar la decisión de una actuación diagnóstica y una intervención terapéutica.
Dado que en muchos niños con retraso del desarrollo, éste tiene etiología genética, la anamnesis familiar es relevante: enfermedades de los padres, consanguinidad (o "inbreeding": familias de algunas localidades en que hay un número importante de uniones consanguíneas), historia familiar de retardo, historia familiar de problemas sensoriales, infertilidad previa de la pareja.
A pesar del gran valor de exámenes de laboratorio de imágenes, el examen físico del paciente aporta información relevante para el diagnóstico. La inspección puede aportar lo siguiente: dismorfías de diferentes partes del cuerpo, alteraciones de la piel (manchas hipopigmentadas, manchas café con leche, angiomas), alteraciones del esqueleto, tamaño del cráneo, defectos de cierre del tubo neural.
El enlace de abajo, os informará también cómo es el comportamiento de un niño con problemas psicomotores:
Este último enlace, os comentará qué es la terapia psicomotriz:
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