jueves, 14 de noviembre de 2013

TERRORES NOCTURNOS
La mayoría de los padres han tenido que consolar alguna vez a sus hijos después de una pesadilla. Pero, si su hijo ha tenido alguna vez lo que se conoce como terror nocturno, experimentó tanto miedo que, por mucho que usted hizo, no hubo forma de consolarlo.
Un terror nocturno es un trastorno del sueño que se parece a una pesadilla, con la salvedad de que es mucho más espectacular. Aunque los terrores nocturnos pueden asustar bastante a los padres que los presencian, no suelen ser un motivo de preocupación ni el signo de un problema médico subyacente.
Los investigadores consideran los terrores nocturnos como fallos misteriosos en las transiciones que normalmente hacemos con facilidad cada noche entre las diversas etapas del sueño. Hasta un 15 por ciento de los niños tienen terrores nocturnos en algún momento, empezando por lo general entre el año y los 5 años de edad, y continúa hasta los 7 años o incluso hasta la adolescencia. Un episodio puede durar de 2 a 40 minutos y, cuando termina, tu hijo se vuelve a dormir de manera abrupta sin recordar el incidente. 

No existe una forma definitiva de evitar los terrores nocturnos, debido a que no se sabe exactamente qué los ocasiona. Lo que  se sabe es que, por sí mismos, los terrores nocturnos no significan que el niño tenga un problema psicológico, ni siquiera que esté molesto por algo, sin embargos se puede contribuir a que no sucedan en primer lugar:

  • Reduzca el estrés a que está sometido su hijo.
  • Establezca y mantenga una rutina para antes de acostar a su hijo que sea simple y relajante.
  • Asegúrese de que su hijo descansa lo suficiente.
  • No permita que su hijo se canse demasiado estando levantado hasta tarde.
Entender los terrores nocturnos puede reducir las preocupaciones de los padres y ayudarles a dormir bien por las noches. Pero, si su hijo tiene terrores nocturnos repetidamente, hable con el pediatra del niño por si fuera preciso consultar a un especialista en sueño.

Los terrores nocturnos pueden resultar de un horario para dormir errático o insuficiente, o de cualquier tipo de falta de sueño. Resolver cualquier otra clase de problemas relacionados con el sueño que tenga tu hijo (como levantarse a media noche) y cerciorarte de que tenga una hora estable para irse a la cama, con una rutina tranquilizante, y de que obtenga suficientes horas de sueño puede ayudar a prevenir los terrores nocturnos. 

En ciertos casos, estos terrores pueden suceder debido a apnea durante el sueño, un trastorno serio pero corregible en el que las anginas y los adenoides (tejido normal en la garganta) inflamados bloquean las vías respiratorias durante el sueño, dificultando la respiración y haciendo que el niño despierte parcialmente.


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